Nuestro mellizo se ha ido

Hoy es un martes que cuesta iniciar. Por estos días los hilos han dejado de coser y las letras no se han unido para formar palabras.

El corazón está quieto sin saber qué sentir. La garganta seca no sabe que decir. Las lágrimas contenidas juegan a no desbordarse. El nuevo dolor que amaneció en el destino replantea todo.

Seguramente en los amaneceres y anocheceres de varios días, la vida tendrá las respuestas que ahora no afloran.

Nuestro mellizo se ha ido y sin él sabemos que las fotos quedarán incompletas. Nuestro primo mellizo se ha ido sin una mínima despedida previa que nos ayude a entenderlo.

Entonces por ahora el taller está en pausa hasta que sepamos que hacer con todo lo que sentimos porque los adioses nunca son fáciles.

Dicen que los lutos tienen este color negro a propósito para proteger los sentimientos y por el momento así sentimos la vida.

En la normalidad del paso del tiempo, la muerte no debería espantar pero en la realidad del paso del tiempo nunca se está preparado para recibirla.

Por ahora queremos ser aire contenido que nos ayude a mantenernos de pie, por ahora queremos cerrar las ventanas y guardar un silencio largo, por ahora queremos recordar con fotos, por ahora queremos retener los minutos para que su rostro jamás se vaya.

El dolor y sus matices nos visita para recordarnos que tan solo somos seres inmortales marcados por un reloj de horas justas.

Nos unimos a este viaje en estos días, los queremos mucho.